jueves, 6 de agosto de 2009

Estética de Serie B…


Pienso en una casa de campo apartada de todo y de todos. Una noche de luna llena veraniega en la que se respire una suave brisa que mueva las ramas de los árboles y arbustos circundantes al caserón. Con un malsano y extraño toque de tenebrismo en todo ese ambiente… En el interior una radio informa sobre lo extraño de los últimos acontecimientos. Parece que los muertos están regresando a la vida, y eso es algo que no sucede todos los días… En la misma habitación, quizás en el sótano se encuentran atrincherados un grupo de personas. Dentro de un armario uno de ellos encuentra una escopeta y se apodera de ella. Durante los siguientes instantes esas personas, que pueden ser tres, cinco o siete… discuten sobre que hacer ante lo desesperado de la insólita situación…

Nos encontraremos con una deliciosa melodía siniestra y algunos temas de pop rock de los 70 u 80 como banda sonora de fondo , y una sensación de olor a polvo y plástico viejo parecerá traspasar los límites de la pantalla para llegar hasta nosotros.
El espectáculo onírico del cine de videoclub de medianoche habrá comenzado indudablemente y estará allí ,ante nuestros atónitos ojos, sorprendiéndonos una vez más.

Porque aunque creamos haber visto esto una y otra vez, esa magia fresca seguirá sorprendiéndonos una y otra vez con sus rocambolescas ideas. Con una nueva vuelta de tuerca hacia todo lo que ya habíamos visto.
Veremos comportamientos absurdos y extremos por parte de los personajes.
Hechos, artilugios y diálogos disparatados, intrascendentes pero extrañamente bellos y familiares que nos harán reir con una sonora carcajada de entre sorpresa y despiporre…

Habrá exceso y exageración por todos lados, en los resultados de la violencia, las acciones y las situaciones. Probablemente veamos escenarios conveniente y adecuadamente adaptados y vistosos para la ocasión. Incoherencias varias y como no, deliciosamente entrañables fallos de argumento y errores de racord descomunales que provocarán de nuevo el efecto de la sorpresa y la indignación sana en todos nosotros… los anacronismos harán acto de presencia con un “Pontiac” de los años 50 que posee un aparato de ondas de la NASA a modo de transistor mientras el protagonista de turno habla por un móvil fumando un cigarrillo mentolado y mientras escucha a Bruce Springsteen reversionado por Sean Simon Boniwell …
Tramas superficiales (aunque pretendiendo ser profundas) mal resueltas, tanto principales como secundarias. Todo debido a que seguramente el presupuesto se agotó cuando había que rodar aquella escena onírica en la que se revelaba la trascendencia de aquel personaje que ya no existe ,bien porque fue devorado por zombies o bien porque se quedó varado en la cafetería mientras saboreaba un sabroso “donut”….

Personajes burdos, satíricos, criticones y malhablados .. Y celuloide con mucho grano, desgastado por el uso de la cinta y la falta de cuidado, ya que todo ese polvo e ha ido acumulando en su superficie mientras esperaba en la estanteria del videoclub a que algún jovenzuelo ávido de nuevas emociones decidiera alquilarla algún sábado por la noche para verla con su chica al lado, cómodamente en el sofá de casa…

Estética ochentera de serie B…

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