
Desde que tengo uso de razón siempre me he sentido atraído por el lado oscuro. El cine de terror ha sido uno de los divertimentos más suculentos que me he podido echar a la cara. En realidad , yo diría que siempre he disfrutado de el miedo.
Esa sensación cuasi abstracta en prácticamente todas sus vertientes.
Se me ocurren pocos sentimientos tan difíciles de definir y tan contradictorios como lo es el del miedo. Hay muchos adjetivos que podrían servir para tratar de acercarse a una definición final, pero a medida que creemos acercarnos nos damos cuenta de la enorme dificultad, y finalmente…tan solo volvemos a lo mismo: El sentimiento es claro, pero la definición de un sentimiento tan subjetivo y personal se antoja complejo y arduo de necesidad.
No obstante yo siempre lo he identificado según las circunstancias. La causa y el efecto aquí parecen ser más difusos que de costumbre.
¿una imagen grotesca?, ¿una melodía enigmática?, o simplemente una suave brisa soplando a través de la negrura espesa de una fría noche.
Por eso , siempre he tratado de comprobar que “tipo de miedo” sentía yo en cada momento.La oscuridad que a otros parecía atemorizar a mi me atraía. Un extraño magnetismo actúa sobre mi ,cada vez que alguna figura fantasmagórica es protagonista en escena, al otro lado de la pantalla… o cuando simplemente escucho la historia que alguien me cuenta, diciéndome lo muy aterrorizado que se encontraba en determinada situación desconocida o inclasificable.Son en efecto , pequeñas cosas, cotidianas o no. La incertidumbre de qué hay al otro lado de ese umbral que chirría irritantemente, causando escalofríos , o todas aquellas historias que escuchamos por primera vez cuando somos pequeños…Causas externas (o no tanto según las ocasiones) que provocan en mi ese efecto. El Miedo.
Desde que mi madurez mental me sirve para algo más que para reírme de los errores tontos que cometo, he tratado de comprobar ese efecto del miedo sobre mi. Tratando de comprender esa casi infantil fascinación por el escalofrío, las tinieblas , la otra cara de la realidad..aquello que intuimos porque no podemos ver, pero que sin embargo sentimos y lo clasificamos en nuestro “filtro interior” de la mente. Un efecto, muy interesante, efectivamente, que sin embargo aún no he podido lograr entender, pero que me sigue intrigando como el primer día
Por eso continúo indagando y experimentando con el miedo, siempre de forma sana y mucha s veces, probablemente infantil pero contundente en la medida en que se comprende lo poderosa que es la mente y la sugestión humanas.
Seguiremos investigando …. Para seguramente seguir sin conclusiones , pero para seguir fascinados por este poderoso y por que no, en ocasiones entrañable sentimiento ;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario