
Hay ocasiones en las que todo parece salir mal. Momentos en los que se afirmaría sin miedo a equivocarse que las circunstancias se han puesto de acuerdo para ponértelo difícil, cuanto más difícil posible mucho mejor...
Momentos en los que un cúmulo de acciones, situaciones, circunstancias y casualidades parecen urdir una trama casi matemática para que caigas en problemas, contratiempos y finalmente en la desesperación...
No es sencillo, en efecto ,buscarle la lógica a la cuestión en momentos así, pues uno está tan inmerso en los problemas que poco importa si fueron las circunstancias o uno mismo quien con su propia negatividad hizo que las cosas marchasen de mal a muy mal y luego a peor.
El hecho de acudir a un lugar en el que a uno le esperan una serie de personas y de acontecimientos desatados (lugar donde uno podría haber escogido no ir y que incluso fue precisamente esa decisión la que se tomó en un primer momento y que luego se cambió), una carta en el buzón, un paso mal dado, una serie de acontecimientos que a uno le hacen pensar de manera negativa...en fin, llamémoslo como queramos.
El detonante puede ser cualquier cosa, y puede adoptar las más diversas formas. Pueden venir de uno u otro lado, pueden darse cita bajo diferentes apariencias y ocultarse bajo el más absurdo de los objetos o la más trivial de las acciones...
El caso es que ya sea debido a una u otra razón esas circunstancias están ahí, y cuando todas ellas forman una escalera por la que uno caerá irremediablemente en cuanto de un paso en falso, lo cierto es que más bien poco se puede hacer para luchar contra un momento que se torna malo para uno mismo.
A veces casi se puede palpar toda esa negatividad del mal momento,uno casi puede intuirla...verla venir.. casi se huele que la mala fortuna te va a alcanzar, pues en efecto se trata de momentos cargados de un aura extraño... de un tufo a energía negativa que todo parece inundarlo.
En ocasiones yo mismo me he propuesto realizar una especie de recuento de estos malos momentos, apuntando fechas, nombres, situaciones, pensamientos..para tratar así de elaborar una especie de reloj o diario donde se refleje si es que estos ciclos de negativismo absoluto son periódicos, si siguen un orden, si parecen perseguir algo o se suceden con algún tipo de lógica extracorpórea. ¿se trata de momentos malos al azar o por el contrario estos se apegan a situaciones personales críticas o estados emocionales alterados, que hacen que la tensión que uno siente se convierta en terreno abonado para atraer todo lo negativo?
La verdad es que a dia de hoy aún me asombro de la minuciosidad y tino con la que alguna de estas rachas se sucede. Como un efecto dominó: Basta que uno de un mal paso para que la ficha continúe con su recorrido, golpeando a otra y a otra, ya otra ficha más... y aunque se quiera detener el proceso, este ya a comenzado
y por más que intento buscar algún tipo de lógica o similar en este tipo de malos momentos, lo único que consigo es sentir rabia y perplejidad.
Eso y plantearme cuanto tiempo faltará para el siguiente momento negativo en mi vida y de que indole será este, ¿que o quien lo provocará? ¿conseguiré enfrentarme a él con algo más de templanza y habilidad?..probablemente no , pero ¿que mas da?
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